Día 10 - Danos Vida Nueva

Tesoros Devocionales - El Poder Espiritual Charles Finney

 

 

Día 10

Danos Vida Nueva

 

“¿No volverás a darnos nueva vida, para que tu pueblo se alegre en ti?”

 

SALMO 85:6

 

 

El salmo 85 parece haber sido escrito poco después del retorno de los judíos de la cautividad en Babilonia. El salmista siente que Dios ha sido muy favorable con el pueblo, y mientras considera la bondad de Dios al restaurarlos a su tierra, prorrumpe una oración pidiendo un avivamiento del poder espiritual entre ellos. Tal petición debe ser el clamor de nuestro corazón especialmente cuando vemos estas tristes señales: se necesita un avivamiento de poder espiritual cuando hay falta de amor fraternal entre los creyentes, cuando con toda seguridad no pueden amar de la misma forma como cuando viven vidas santas, porque están sumergidos en la carnalidad.

 

Cuando la imagen de Cristo no brilla en ellos, o en la vida de otros cristianos, no hay nada en cada uno de ellos que pueda producir este amor. De hecho la falta de amor abre la puerta a las disensiones, a los celos al chisme y a la calumnia entre los creyentes. Estas cosas demuestran cuan lejos están de Dios y demandan que pidamos el poder de lo alto. Nada puede poner fin a estas cosas sino es la visitación de DIOS.

 

Se necesita un avivamiento de poder espiritual, cuando no hay amor

fraternal entre los creyentes.

 

Cuando existe un espíritu de mundanalidad en la iglesia, este evidencia cuando usted ve a los creyentes conformase al mundo en su forma de vestir, en sus entretenimientos y en sus diversiones. Es entonces cuando la iglesia encuentra sus miembros cayendo en grandes pecados, dándoles a los enemigos de la fe una ocasión para el reproche.

 

Otros miembros se enredan en controversias tanto dentro como fuera de la iglesia. Es entonces cuando la maldad triunfa sobre la iglesia y los perversos vituperan a los creyentes. Es hora de que la iglesia le pregunte a Dios. “¿Y que será de tú gran nombre? “Cuando los pecadores son destruidos, estúpidos, y carentes de interés se hunden en el infierno, es hora de que los creyentes le pidan a Dios poder espiritual.

 

Es responsabilidad de la iglesia despertar, como lo deben hacer los bomberos cuando se produce un gran incendio nocturno en la ciudad. La iglesia debe salvar del fuego del infierno a los pecadores que están expuestos a él.

 

¡Despierten! ¿Deben los bomberos dormir y dejar que la ciudad entera sea devorada por las llamas? ¿Qué se podría pensar de tales bomberos? y no obstante su culpa no seria comparable a la de los creyentes que duermen mientras los pecadores que los rodean se hunden en las llamas del infierno.

 

Padre santo, reconozco que el fuego del infierno esta devorando la sociedad que me rodea, y aun

algunos miembros de la iglesia. Dame vida nueva, que brille como una luz en las tinieblas.

Despiértame de mis sueños Señor, y prende fuego en mi alma. Amén.