Día 28 - La Búsqueda del Placer

Tesoros Devocionales - El Poder Espiritual Charles Finney

 

 

 

Día 28

La Búsqueda del Placer

 

“Y todo lo que hagan, de palabra o de obra, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a

Dios el Padre por medio de él.”

 

COLOSENSES 3:17

 

 

¿ Se debe tomar esta palabra del apóstol Pablo como un yugo de esclavitud? No me sorprende que ella perturbe ciertas mentes. Aquellos miembros de la iglesia que son buscadores y amantes del placer piensan que no es práctica y la consideran esclavizante y una camisa de fuerza. Pero con toda seguridad no lo es para quienes aman a Dios con todo su corazón y a su prójimo como así mismos. Sus propios intereses y placeres son nada comparados con los intereses y la complacencia de Dios. Encuentran su mayor felicidad en complacer al Señor, a quien aman por sobre todas las cosas, y en buscar el bien de los hombres, sus hermanos. Jesucristo dijo que su yugo es fácil y ligera su carga. El requisito de hacer todo para la gloria de Dios no es otra cosa que llevar el yugo de Cristo. Es su voluntad expresada y no es difícil o pesada para una mente dispuesta y llena de amor.

 

El requisito de hacer todo para la gloria de Dios no es otra cosa que llevar el yugo de Cristo.

 

Con toda seguridad un creyente ha caído de su primer amor en Jesús si acude al mundo en busca de satisfacción. Una mente espiritual no puede encontrar gozo o alegría en una sociedad mundana. Para una mente así esa sociedad es necesariamente repulsiva. La sociedad mundana es insincera, vacía y en gran medida una impostura. Para una mente en comunión con Dios, su espíritu mundano y sus maneras son repulsivas y dolorosas, y reflejan la tendencia decadente de sus almas y del destino que les espera. Mediante la gracia, cada creyente tiene el privilegio de levantarse por encima de los que están hambrientos y sedientos de las ollas con carne de Egipto, los pasatiempos mundanos y las diversiones que hacen perder el tiempo.

 

Los creyentes que desean vivir en la plenitud del Espíritu están obligados a mantener una vida consistente con su llamado. Debemos rechazar los deseos mundanos y abstenernos de toda manifestación externa de los tales. Debemos vivir por encima del mundo, siendo consistentes con nuestra mente celestial que permite el gozo espiritual, y renunciar a la búsqueda de lo bajo y de los goces de hombres mundanos, desagradables y repulsivos. Es una triste piedra de tropiezo para los inconversos ver a creyentes buscando felicidad en este mundo.

 

Padre celestial, encuentro que estas palabras penetran profundo en el mundo y en mi propio

corazón. He obtenido placer por tan largo tiempo de las fuentes equivocadas que solo por tu

Espíritu me puedo elevar sobre todo esto. Amén.